miércoles, 31 de octubre de 2007

INCREÍBLES DISFRACES CONTRA ROBOS EN JAPÓN


Estás caminando por una calle semi oscura y te fijas que vienes siendo seguida por un sujeto sospechoso. Apuras el paso y doblas una esquina. Tu perseguidor hace lo mismo pero al voltear la esquina se da con la sorpresa de que has desaparecido: tan solo hay una calle vacía, adornada escuetamente por la solitaria presencia de una maquina vendedora. Perplejo, el sujeto sigue su camino preguntándose como has podido desaparecer tan rápido. Minutos después, el misterio se devela... La maquina dispensadora eres tu, y tras plegarla rápidamente la acomodas debajo de tu falda.

La creadora de este singular disfraz es la diseñadora japonesa Aya Tsukioka, que demuestra como en segundos una falda puede convertirse en una maquina vendedora. Ella afirma haberse inspirado en un viejo truco ninja, quienes se vestían de negro para confundirse con la noche. Tsukioka ha diseñado también disfraces similares para niños, quienes pueden ocultarse bajo un extinguidor de incendios plegable en cuestión de segundos.

No es el único caso. Otros inventores han diseñado un bolso que puede disfrazarse en una tapa de desagüe. En una noche oscura los delincuentes caminaría al lado del buzón sin percatarse que en realidad es una cartera.

Lo curioso del caso es que los índices de delincuencia en Japón no solo son los mas bajos de mundo, si no que inclusive están disminuyendo. Eso no desalienta a los diseñadores, que ya han fabricado los vestidos anti-cuchillos o los celulares para niños con GPS.

Si bien a simple vista estos inventos pudieran referirse como otro caso de chindogu (la afición japonesa por realizar inventos estrafalarios, como el ventilador para sopa caliente, los zapatos de gato que son pulidor de pisos a la vez, o el anti-salpicador de sopa), en realidad reflejan una característica muy importante de la sociedad japonesa.

Tal vez lo mas interesante sea la comparación de la actitud japonesa con la europea o americana (Norte y Latinamérica). Mientras en los países occidentales la estrategia va por la autodefensa en Japon se opta por una actitud no confrontacional y se opta por esconderse. Similar actitud se da, por ejemplo en los trenes, donde frecuentemente las mujeres son víctimas de molestia o acoso sexual. Para ello se ofrece como solución unas gafas femeninas super oscuras, para que la víctima pueda ver a todos lados e identificar a su agresor (en lugar de enseñarles como darle un buen sopapo al depravado).

En fin, soy escéptico en que la idea prospere, y en todo caso no hay que olvidar que el asunto puede devenir en un cuchillo de doble filo.... pronto van a empezar a sacar disfraces plegables para delincuentes...


domingo, 7 de octubre de 2007

DEL KFC SAMURAI AL SUSHI SHINKANSEN

Los japoneses recurren muchas a estrategias de marketing insólitas incluso en establecimientos de comida.

Por ejemplo, en Navidad es común ver a la estatua del Coronel Sanders, creador de Kentucky Fried Chicken disfrazado de Papá Noel... bueno, en fin, algo se parecen...


Pero lo que hasta ahora no había visto era un Coronel Sanders vestido de samurai. Lo anecdótico del asunto es que fueron los samurais los que más se opusieron a la apertura de Japón al occidente, al inicio de la era Meiji. Imagino que si Saigo Takamori resucitara, se volvería a hacer el hara kiri.


Bueno, mientras unos buscan disfrazar lo moderno con el sabor del pasado, hay quienes modernizan lo tradicional.

Tal es el caso de nuestro sushi bar favorito y al que visitamos luego de un buen tiempo y nos dimos con interesantes innovaciones. Un sushi bar es un local donde los platos de sushi se colocan en una banda sin fin y los comensales escogen los platos a su gusto.

Dado que es un local muy popular, anteriormente los comensales anotaban su nombre en una lista que luego eran llamados por altavoz (naturalmente, los latinos solíamos anotar nombres como "Soyunavaca"(ソユナババカ) o "Tengocarehuevo" (テンゴカレフエボ) y era muy divertido escuchar a la muchacha gritndo en voz alta Tengocarehuevoooooo!!!!)

Bueno, aquellos días divertidos se han ido, pues ahora el mismo cliente selecciona el número de comensales en una máquina, la que le selecciona su turno, igual a como sucede en los bancos.


Una vez sentados, nos damos con otra sorpresa. En realidad, antes el cliente tenía dos alternativas: se podía escoger los platos de la banda sin fin, o si uno no tenía paciencia para esperar que llegue su plato, podía ordenarlo desde un micrófono instalado en cada mesa. Tras unos minutos llegaba la orden en un plato especial y con el número de la mesa que lo había ordenado.

Hoy se puede ordenar desde una pantalla sensible donde aparece cada una de las opciones del menú, seleccionando además cuantas porciones de cada plato.



Sin embargo, la mayor sorpresa vendría al final, cuando nuestra orden llegaría nada menos en un tren bala o Shinkansen en miniatura, con sonidito y todo. Una vez recogios los platos y presionado un botón, el "tren" regresa a la estación... digo, a la cocina.


Al final disfrutamos nuestra orden... con el logo del restaurante marcado... dos tortugas!! (cualquiera le pone dos liebres, porque de verdad el servicio fue rápido)


Presionar aquí para ver un video de este singular restaurante.