sábado, 27 de septiembre de 2008

HELP!!!!


¡AUXILIOOOO!
Parece decir esta pequeña casita tradicional de madera, asfixiada entre dos monstruos de concreto que le han quitado toda luz y aire.

No pongo la fachada principal porque simplentente no se ve desde la calle, ya que se ingresa mediante un estrecho callejoncito. Es increible a lo que llega la especulación inmobiliaria. ¿Qué calidad de vida se puede tener viviendo allí?


Esta casita queda al frente del Museo Nacional de Arte, en Osaka, obra del arquitecto argentino César Pelli, quien no, no creo que jamás se haya pecatado de que esta casita existía.

sábado, 13 de septiembre de 2008

EL BARRIO ROJO DE ÁMSTERDAM


El llamado Rossebuurt o barrio rosa (conocido en inglés como Red Light District) es una de las zonas más conocidas de Ámsterdam, y aunque sólo estuve en esa ciudad por unas horas, no quise irme de la capital holandesa sin darle un vistazo a esta famosa zona (exclusivamente con fines de investigación antropológica y sociológica, claro está... ¡ejem!).

El Barrio Rojo queda cerca a la Estación Central, y está atravesada por canales.


Consiste en una serie de negocios dedicados al sexo, cuya variedad linda con la imaginación: desde Sex Shops dende te venden toda clase de artilugios sexuales (incluidos algunos dildos que hacen ver a Peter North como Petipán), películas, locales de strip tease, teatros de sexo en vivo, museos del sexo y, por supuesto, lo más llamativo y único de la zona, las prostitutas exhibiéndose en vidrieras como si fueran muñecas (aunque me dicen que eso era también tradicional en Japón, cuando las meretrices se colocaban en exhibición, vistiendo cuidados kimonos, y los parroquianos iban a escogerlas como quien escoge pollos en el mercado).


Tal vez lo que más me llamó la atención en primera instancia fue que, a diferencia de las zonas rojas que hay en cualquier ciudad las cuales suelen ser concurridas mayormente por escurridizos clientes de dudosa reputación o eventualmente por prestigiosos investigadores de antropología y sociología (ejem, ejem), en este caso el Barrio Rojo está repleto por cientos de turistas de todas las edades, por curiosos hombres y mujeres de todas las razas y culturas, cuya gran mayoría, incluyéndome estaba allá sólo para hacer "window shopping"


Complementan el paisaje ruidosos turistas gritando desde sus botes, señoras norteamericanas en sus 50s haciendo fila para ingresar a un teatro de porno en vivo, parejas riendo ante los más curiosos e imaginativos juguetes sonriendo, varios turistas japoneses y chinos se agolpaban para tomarse fotos (eso sí, no se puede tomar fotos a las modelos en las vitrinas a riesgo de perder la cámara) e inclusive (para mi sorpresa) algunas musulmanas con sus cabezas cubiertas por una túnica que no dejaban de escandalizarse sonriendo ante las cosas que allá se muestran con toda libertad e impudicia.

Además, varios policías protegen la zona, especialmente de ladronzuelos que siempre están tras los bolsillos de los anodadados y boquiabiertos turistas.



Bueno, los dejo con una simpática variación de la típica holandesa (lo siento niños, Ámsterdam no tendrá censura, pero este blog sí)

sábado, 6 de septiembre de 2008

UN PASEO POR EL RÍO DUERO


El río Duero (o Douro) encuentra a la ciudad portuguesa de Oporto (o Porto) en su recorrido desde España hacia el Atlántico. Un paseo en bote a lo largo de su cauce muestra una multitud de paisajes de extraordinaria belleza y valor cultural. En esta oportunidad recorrimos el tramo que va desde Porto hasta Pinhão.

Densos bosques se ubican en ambas márgenes del valle, en cuyas colinas se apostan pequeños pueblitos salpicando el paisaje verde con sus paredes blancas y sus tejas rojas.



Una de las experiencias más interesantes de este recorrido lo constituyen unas enormes exclusas o represas que fueron construidas a inicios de los 60s a fin de hacer este río navegable y a la vez dotar de energía eléctrica y agua potable a una población de 1.5 millones de habitantes.

Las exclusas de Barragem (14 m), Carrapeto (35 m, la más alta de Europa) y Bagauste (27 m), funciona más o menos de la misma manera: ingresamos a un compartimiento donde, luego de cerrarse las compuertas, se llena o vacía de agua según se desee subir o bajar. El agua del nivel más alto llena el compartimiento y permite al barco ascender. Si se quiere descender, el agua de la exclusa pasa al nivel más bajo.


Compuertas casi herméticas y válvulas controlan la operación que dura apenas unos 20 emocionantes minutos. Es posible ver numerosos peces que discurre de un lado al otro (supongo que “tomarán el ascensor”).


En el paisaje el paisaje boscoso se va transformando en uno artificial, compuesto por suaves terrazas que contornean la ladera de los cerros, plantadas de olivares y viñedos. Muchos de estos viñedos pertenecen a compañías británicas, el principal consumidor de vinos de la zona.



Durante el trayecto es posible ver una serie de pueblitos, iglesias, fábricas, monasterios, minas y algunos espectaculares puentes de más de 150 m de altura.




Al final, terminamos en el vitivinícola y pintoresco pueblo de Pinhão (no confundir con la ciudad china de Pingyao), que es famosa por sus vinos y otros productos naturales.



¿Y de dónde viene el nombre de Douro? Pues es que esta era el río donde se transportaba el oro… y además porque el licor típico de la región, el porto, tiene un sugestivo color dorado.

A saúde!